La transformación, que está experimentando la forma de difundir la música, lógicamente nos afecta también a los músicos minoritarios.Tanto los programas p2p,
como las redes sociales digitales, están consiguiendo, (de momento de forma humilde en la mayoria de las ocasiones), que un buen número de artistas aparezcan en el panorama musical especializado.
El gran reto (y creo que el más importante)que se nos presenta ahora, es el de hacer que todos esos trabajos de gente en el underground, en los márgenes, “salga del armario “ más allá del interes de un público excesivamente especializado, y por lo tanto minoritario, para darse a conocer de una manera mas extendida. Seamos realistas, no se dará una verdadera transformación del sector hasta que estas nuevas formas de transmisión no sean capaces de publicitarse, utilizando el gran arma que potencialmente es la red.
Las grandes multinacionales de la industria siguen teniendo la potestad de que es lo radiable a gran escala , y que no lo es. Dicho de otro modo, para que una persona no especializada, caiga en la web de un músico desconocido(sin que intervenga el azar), no hay mas remedio que este se de a conocer. Una fórmula son los conciertos, a menudo tan minoritarios, que no asisten más allá de un centenar de personas.Otras fórmulas son las emisoras de radio y las televisiones. Hasta ahora, los periplos de los artistas minoritarios por emisoras locales y televisiones de la misma índole, de poco han servido para difundir su trabajo por razónes evidentes. El reto, pues, se plantea en el instante en que se han conseguido democratizar las tecnologías de grabación, y a su vez se están constituyendo pequeñas estructuras sociales dentro de la red de redes. El problema es como conseguir, como hacer que pequeños artistas independientes se difundan en una mayor escala. Para que la transformación del sector sea total y verdadera, se deberían crear medios de difusión en la red, con vocación independiente, pero no minoritaria(al menos no tanto)para que los músicos pudieran vivir con dignidad de su trabajo. Emisoras de radio, con listas de éxitos, en los que se escuchen música de vanguardia, sonidos étnicos, o pop experimental, y que dichas emisoras se integren dentro de redes sociales más amplias, que sean capaces de promocionar conciertos, y que lleguen a más público. Sistemas promocionales que consigan de una manera real y no figurada que los independientes salgan a la luz, ya que no sirve de mucho colgar las canciones en una web que poca gente visita, o en portales endogámicos donde uno es tan solo una molécula en medio de un universo monumental de sonidos.
Si todo esto se consigue, el sueño de la independencia será una realidad.